viernes, 20 de abril de 2012

¿POR QUÉ TIEMBLA EL SEÑOR?




Usted, ¿por qué tiembla, Señor?
usted, que por todo el mundo
tanta sangre derramó,
que separó las familias,
que a la prensa enmudeció.
Usted, ¿usted por qué tiembla?
¿tiene miedo del dolor?
¿del dolor que a tanta gente
usted siempre ocasionó?
Mientras sentado leía
muy cómodo en su mansión,
disfrutando sus Habanos,
mirando televisión,
pequeños niños perdían
a sus padres en el paredón.
Mucha gente injustamente
era encerrada en prisión
y a otros regalaba el hambre
otorgando una ración,
ración que usted no tenía,
porque usted, usted comía
dulces piernas de jamón.
Señor, señor, ¿por qué tiembla?
¿cree que su hora le llegó?
¿tiene miedo que mujeres
abran fuego de una flor?
¿o que aquellos pequeñitos
ya vomiten su sermón
y se expresen en la calle,
en la escuela o en su blog?
¿Teme usted que los difuntos
que su gente asesinó
regresen en las banderas
que usted siempre pisoteó?
Señor, señor, ¿por qué tiembla?
¿cree que su tiempo acabó?
no podrá evitar sentencia,
no podrá evitar dolor,
porque el pueblo ya despierta,
porque el miedo se perdió,
porque se levanta el mundo
uniendo una sola voz.
Usted, que siempre asumía
ser el justo vencedor
y le llamó antisociales
a todo el que lo retó,
y gusanos a todo el que se largó,
contra una cosa no puede
pues supera su rencor
y no es la ley de los hombres
es “La justicia de Dios!”

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