domingo, 28 de febrero de 2010

Entre la podredumbre política y la soledad de Aristegui

 

Por: Antonio González Díaz

Junio / 2009

 

¿Por qué en México todo lo hacemos al revés? ¿Por qué si un periodista se atreve a publicar una denuncia, en vez de investigar lo dicho se le cuestiona y ataca?

 

Carmen Aristegui tuvo el valor de destapar una coladera que seguía inundando con su hedor al país. Con un fino sentido periodístico aprovechó el ambiente que había generado el libro de Carlos Ahumada, en el cual señala que detrás de los "video-escándalos" siempre estuvo la mano de Carlos Salinas, quien utilizó como instrumento a Diego Fernández de Cevallos.

 

Apenas salíamos del shock de la denuncia de que presuntamente se había orquestado una estrategia que restara puntos al candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador…

 

Recobrábamos el sentido tras la afirmación de que a cambio de los "video-escándalos" el ex Presidente Vicente Fox Quesada ofreció liberar a Raúl Salinas y devolverle su dinero…

 

Y de repente, ¡zaz!, Aristegui publica algunos fragmentos de la entrevista que le concedió –en evidente y pleno uso de sus facultades– el ex Presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

 

Con unas cuantas palabras De la Madrid echó al traste el sistema electoral mexicano, afirmando que se había arrepentido de designar a Carlos Salinas de Gortari como su sucesor, afirmó que Raúl Salinas de Gortari había obtenido de manera indebida contratos con Pemex y dejó entrever nexos de Enrique Salinas de Gortari con el narcotráfico.

 

Otra estocada fue el señalamiento de que Carlos, muy probablemente había explotado la "partida secreta" hasta 100 veces más que su sucesor y que quizá sí se haya quedado con la mitad de ella, como lo afirmara a una contestadora Luis Téllez.

 

Estas afirmaciones que se han generado en no más de dos semanas, golpean, tiran al suelo y patean la ya frágil confianza que se le tenía al sistema político mexicano.

 

El libro de Ahumada y lo dicho por De la Madrid son una muestra más del repugnante mundo de la política. No importa que sean amarillos, verdes o azules, las ansias por saquear, gobernar a conveniencia y espíritu "chingativo" forman parte del ADN de quien se atreve a hacer como que hace política (política entendida como la actividad humana tendiente a gobernar o dirigir la acción del estado en beneficio de la sociedad).

 

Y ante lo dicho, viene la desbandada de desmentidos de algo que Carmen no interpretó, ni leyó entre líneas, mucho menos inventó. Vino el desmentido de lo dicho, por parte del propio Miguel de la Madrid, quien afirmara que al "…encontrarse convaleciente (…) sus respuestas carecen de validez y exactitud".

 

"Ahora estoy más segura que nunca que fue presionado para desdecirse, para renunciar a sí mismo y a su palabra", reaccionó Aristegui a la misiva de De la Madrid.

 

Y luego la fingida, vil y lastimosa carta de Carlos Salinas de Gortari expresando "el dolor y la indignación que me produjo enterarme de los términos y condiciones en que realizó usted (Carmen Aristegui) la entrevista que difundió esta mañana con el respetable ex Presidente Miguel de la Madrid. Dolor porque confirma su desfavorable situación de salud y la limitación de sus capacidades, y la indignación por la falta de respeto con él y con la audiencia, al mostrar así a quien tuvo bajo su responsabilidad la conducción de la República en tiempos complejos".

 

Una carta escrita del puño y letra de quien afirmó: "todas las mañanas cuando me levanto, me digo: cómo me hace falta mi amigo Colosio, cómo le hace falta Luis Donaldo a México".


Luego de esto, cayó sobre Aristegui el señalamiento e inquisición de los periodistas, que fueron desde la censura en sus espacios hasta la descalificación en sus textos, en buena parte movidos por la envidia y bajo la instrucción de sus jefes.

 

Colegas, ¿dónde quedó la congruencia? Su actitud pone en evidencia que aquí ya no se hace buen periodismo, sino que se practica un ejercicio informativo siempre subyugado a los intereses económicos, propios y del medio para el que trabajan.

 

¿Dónde quedó la congruencia en el que escribe para el periódico, habla para la radio y por la noche sale a cuadro? No se puede dedicar todo el espacio en el cuadrante al tema; en televisión ni mencionarlo y en la prensa sólo darle una "embarrada". No, así no se hacen las cosas. O al menos así me dijeron que no se hacían en la escuela de periodismo.

 

Ah, pero me olvidaba que algunos de estos incongruentes eran los que iban a cuestionar a Ahumada e insistir que contestara, pero sólo de "mentiritas", para "no verse tan obvios".

 

Si bien es cierto que estos escándalos son lo que menos hace falta en nuestro país, ante las próximas elecciones son fundamentales para remover el recuerdo e intentar castigarlos en las urnas… bueno, si de algo sirve.

 

Tiene razón quien afirma que hay otras cosas de qué preocuparnos, como las secuelas económicas y sociales que tendrá la presencia en nuestro país del virus A/H1N1. Pero a estos temas no hay que quitarles el dedo de encima.

 

De entrada, quien debe investigar, tiene la obligación de indagar lo dicho por Ahumada y De la Madrid. Enseguida, los que se jacten de ser reporteros deben sumarse a la causa del buen periodismo, el que se hace por vocación y no por conveniencia. Y por último, jamás perdamos la esperanza de que algún día las cosas dejen de ser así.

 

De mientras, yo buscaré algunas declaraciones, no importa que luego me las "desmientan".

 

 

 

«El hombre sin honra peor es que un muerto»

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