sábado, 11 de septiembre de 2010

Magos de la SCJN convierten delitos en derechos

  

Por: Federico Müggenburg

Agosto / 2010

 

Recientes fallos de la mayoría de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) han consistido en auténticos actos de magia, ya que atenidos a la definición que el diccionario hace de dicha palabra nos encontramos con la más acertada explicación. Magia: "es el conjunto de prácticas y procedimientos para producir efectos que supuestamente no se atienen a las leyes naturales". Otra definición también útil y aplicable al caso: "es el encanto o atractivo de una cosa que hace olvidar la realidad".

 

De ahí que la mayoría de los llamados hasta hace poco "jueces supremos", que deben impartir la justicia en la nación mexicana hayan pasado de ser jueces a ser magos. Hacer pasar el crimen y el delito como derechos implica precisamente "realizar prácticas y procedimientos para producir efectos que no se atienen a las leyes naturales".

 

Las leyes inscritas en la naturaleza de las cosas y en las personas por su Creador pueden ser conocidas por la razón con base en la simple observación y en la capacidad de deducción por la lógica, consistente en el justo seguimiento de las normas del bien pensar. Siempre se ha aceptado que el decálogo que Dios entregó a Moisés, contiene las definiciones fundamentales de cualquier comportamiento humano con relación a Dios y al Prójimo.

 

Si hay un código que sea considerado por todas las civilizaciones y culturas como la base para las relaciones y el comportamiento entre los humanos es precisamente este decálogo natural o compendio del derecho natural.

 

El quinto mandamiento dice explícita e inequívocamente: "No matarás". El mandamiento puede ser explicado y desglosado, ya que según las condiciones del caso, es posible defender la propia vida a costa de la de otro, que siendo agresor pretenda quitármela. El extremo de la violación al derecho natural y originario a la vida se produce cuando se trata de una víctima que no puede defenderse. Éste es el caso prototípico de la criatura no nacida.

 

El aborto intencional siempre había sido considerado como uno de los delitos más típicamente calificado hasta hace poco tiempo, en el que como consecuencia del oscurecimiento de la inteligencia y el desajuste de las pasiones se inventaron los llamados "nuevos derechos humanos" que califican así determinados comportamientos delictivos.

 

El sexto mandamiento dice: "No fornicarás". Esto significa que no harás uso desordenado del deleite derivado del intercambio sexual en el matrimonio, entendido éste como la relación estable y perdurable entre un hombre y una mujer para la continuación de la especie humana. 

 

Etimológicamente, fornicar viene del latín y significa "comercio carnal", que se identifica con la realización del intercambio sexual sometido a precio. Es decir, prostituir el valor o significado natural de algo, por una convención en precio o intercambio ilícito.

 

El séptimo mandamiento dice "No robarás", lo que implica desde codiciar los bienes ajenos hasta su posesión ilícita en una gama de variables casi infinitas, y el octavo: "No mentirás", ni levantarás falso testimonio, que también implica simular o aparentar lo que no se es para tomar ventaja sobre otros.

 

Con las actitudes actuales de la mayoría de los ministros de la Suprema Corte se está ofreciendo en ganga, ya que todo lo que hasta ahora se ha considerado delito, por el hecho de que se repite cada vez más veces debe ser convertido en un "derecho".

 

Sólo hace falta que se organicen "grupos de presión" que contaminen a los medios de comunicación masiva, que sean eco de supuestas ONG patrocinadas por los fabricantes de ciertos artilugios que faciliten la violación de los códigos de conducta objetivos, se festinen los delitos y los crímenes del caso para que entonces los ministros de la Corte, se sientan en la mejor disposición para convertirlos en "derechos". 

 

Así por arte de magia vamos llegando a las mayores aberraciones, por las que indudablemente se pagarán precios que quizá hoy ni se puedan imaginar. La destrucción de Sodoma y Gomorra son ejemplos universales de lo que puede ocurrir por violar las leyes de la naturaleza. Los magos en las civilizaciones primitivas eran sinónimo de brujos o hechiceros que realizaban "prácticas perversas pactadas con el diablo o espíritus maléficos".

 

Quitar la penalidad al aborto y darle validez legal como lo hicieron los ministros en agosto de 2008, y ahora en 2010, validar como "matrimonio" a las uniones entre personas del mismo sexo, extender su validez a todas las entidades federativas y permitir la adopción de niños por ese tipo de parejas así legalizadas, ha convertido a varios de los ministros de la corte en auténticos magos. Ha hecho que nuestra sociedad del siglo XXI, retroceda a estadios primitivos en los que los brujos y hechiceros dominaban y sometían a la sociedad con sus aberrantes conjuros.

 

Con estas llamadas leyes, así presentadas por jueces inicuos, no estamos progresando como personas al inicio del nuevo milenio, al contrario, nos están degradando en dignidad personal y en calidad de criaturas e hijos de Dios, retrocedemos a los tiempos oscuros del paganismo más brutal en el origen de la humanidad.

 

Así quedarán para el futuro los nombres de los ministros de la SCJN, que por cobardía, conveniencia, negligencia o perversidad elevaron a rango de "derechos humanos" crímenes y delitos aberrantes y abominables. ¡No todo lo que es legal es moral! ¡Ni lo que es magia o hechicería es expresión de la naturaleza o de la realidad!

 

Comentario de Ana Teresa López de Llergo / Hay tres cuestiones no resueltas en lo particular que, cuando se combinan, la situación se complica: las uniones entre personas del mismo sexo, las preferencias por el mismo sexo y el derecho a adoptar. ¿Cuáles?

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