Creyeron que era lo mejor, hoy se dan de topes

Por Norma Mendoza Alexandry

Fuente: Yoinfluyo.com

Septiembre de 2011

 

El primer ministro de Reino Unidos, David Cameron, se pregunta cuál es el sentido de la función del Estado en la protección de la sociedad. En sus planteamientos y cavilaciones pasa por encima de la estructura institucional y llega a conclusiones que por ser sumamente interesantes, han llamado la atención de los países europeos y han llegado hasta este continente americano.

El detonador fueron varios motines efectuados por vándalos en la ciudad de Londres a principios del mes de agosto. A diferencia de países subdesarrollados en que se efectúan muchos motines y protestas algunas de ellas vandálicas y hasta violentas y en los que sólo se habla de cómo aumentar la seguridad pública de manera estratégica o en dado caso de la procuración de justicia para protección de los integrantes de la sociedad o la preservación de los derechos, el señor Cameron puso el dedo en la llaga

"Las familias británicas necesitan ser reorganizadas", dijo Cameron. Las olas de disgusto en el mundo sugieren que los países occidentales han comenzado a notar un abismo y a darse cuenta lo débiles que pueden ser las paredes que protegen a la sociedad civil si pueden caer tan pronto con tan sólo una provocación. Las protestas, los disturbios son realmente un 9/11 para la sociedad civil, un recordatorio de lo frágil que es la base en donde descansa la disciplina pública, el respeto de la propiedad y el respeto de los derechos humanos.

El primer ministro Cameron continuó diciendo que su gobierno está determinado a enmendar a la "sociedad quebrantada" o fracturada ("broken society"), y dijo: "¿Tenemos la suficiente determinación para confrontar el colapso moral que camina lentamente y que ha tenido lugar en partes de este país durante las últimas generaciones?" La irresponsabilidad. El egoísmo. Comportarse como si las opciones no tuvieran consecuencias. Niños sin padres. Escuelas sin disciplina. Recompensas sin esfuerzo...

"Crímenes sin castigo. Derechos sin responsabilidades. Comunidades sin control. Tolerancia y complacencia hacia algunos de los peores aspectos de la naturaleza humana, aún son incentivados algunas veces, por un Estado y sus agencias que en parte han llegado a ser literalmente inmorales. Debemos luchar contra las actitudes y supuestos que han llevado a partes de nuestra sociedad a este escandaloso estado".

El problema, continuó, "recae en las familias. Así es que si queremos tener alguna esperanza en remediar a nuestra quebrantada sociedad, es en la familia y la crianza en donde debemos comenzar."

Otras ideas que emanaron de su reflexión son: Los problemas en Reino Unido surgieron hace un siglo, cuando la élite abandonó la virtudes; cuando el pináculo de la virtud se convirtió en un "no" a la crítica. El Estado abandonó su apoyo al modelo de familia tradicional de un padre y una madre unidos para toda la vida con sus hijos. Ni un ejército de trabajadores sociales va a reparar a la sociedad quebrantada de Reino Unido. Sólo cambiando a la élite social y política podrá lograrse. Y eso va a llevar más tiempo que el término del actual Parlamento.

El gobierno británico ha identificado a 120 mil familias que son las que causan la mayor parte de los disturbios en las comunidades de todo el país. El ministro desea ahora ayudar a superar las vidas de estas familias como el punto de referencia por el cual él sea juzgado en el 2015. Pero esto no es tarea fácil ya que el 65 por ciento de éstas son familias con un solo padre (o madre), la mayoría con madre soltera. El matrimonio prácticamente ha dejado de existir.

En estudios sobre la importancia social del matrimonio y la familia, datos de las ciencias sociales han mostrado dos conclusiones irrefutables: (1) La estructura marital natural y estable provee de profundos beneficios a hombres, mujeres y niños mientras que (2) La ruptura de la estructura marital natural tiene como consecuencia costos sociales significativos en los individuos y en la sociedad como un todo. Las familias juegan un relevante papel social. Sin familias sanas, simplemente no podemos tener una sociedad sana. Debemos volver a despertar la conciencia mundial respecto al papel social de la familia.

En cuanto al debate de la enorme separación entre riqueza y pobreza, además de los costos, los impuestos, etcétera, dentro del análisis en ciencias sociales se demuestra que la raíz de la causa de la pobreza y la disparidad del ingreso está inminentemente ligada a la presencia o ausencia del matrimonio. Las familias rotas ganan menos y experimentan niveles más bajos de logros educativos. Aún peor, traspasan la perspectiva de escasos ingresos e inestabilidad familiar a los hijos haciendo que los efectos sean inter-generacionales. (Patrick Fagan. Heritage Foundation)

Ha sido demostrado asimismo por la investigación, que las estructuras de la familia natural benefician casi cada aspecto del bienestar infantil. Esto incluye mejores oportunidades educativas, mejor salud física y emocional, menos abuso de sustancias, menor incidencia de actividad sexual prematura de las niñas y menores índices de delincuencia de los niños. (Craig H. Hart. World Congress of Families II).

Investigadores tales como D. Popenoe y B. Dafoe de la Universidad Rutgers (1999) han mostrado que mujeres solteras que cohabitan con un varón, tienen mayor tendencia de sufrir abuso físico y sexual, que mujeres casadas. Las consecuencias de la cohabitación son aún más serias para los hijos. El entorno familiar más inseguro para los niños es aquél en el que la madre vive con alguien que no es el padre biológico del hijo. Este es el entorno en el que viven la mayoría de los niños de hogares con parejas que cohabitan.

En opinión del primer ministro Cameron "si se daña a las familias, si se socava la responsabilidad, si se pasa sobre los valores que mantienen a la gente unida o si se impide que las familias estén unidas, no debemos seguir así." El cambio es posible. En el segundo periódico de mayor importancia en Reino Unido, el Daily Mail, el periodista Max Hastings escribió en su análisis:

"¿A quién debemos culpar? El rompimiento de las familias, la perniciosa promoción de la maternidad en soltería como un estado deseado, la declinación de la vida doméstica hasta tal punto en que las comidas compartidas se han hecho escasas, todo ha contribuido de manera impactante a la condición de la juventud de clase baja."

También se habló como otra de las causas del problema, del uso indiscriminado de los "derechos humanos" como forma de forzar la ingeniería social radical en las sociedades, esto es, el "movimiento para crear nuevos supuestos derechos humanos tales como el 'derecho' a ejercer un comportamiento homosexual, o el 'derecho' de los niños a ser sexualmente promiscuos o un ilimitado 'derecho' de las mujeres a deshacerse de sus hijos nonacidos".

Quizá los disturbios en Londres, el terrorismo en los países, la violencia desatada, sean el punto límite para un redescubrimiento del valor del matrimonio y la familia natural.